Nos quejamos de todo lo que los demás hacen, sin mirar lo que nosotros hacemos. Nunca nos paramos a pensar si nuestros actos repercuten en otras personas hiriéndolas o si de lo contrario las hacemos felices con ellos.
¿Nunca os habéis dado cuenta de que siempre es igual?
Tu te sientes sólo porque otros no cuentan contigo y siempre hay alguien que se queja de eso, con lo cual es la persona herida, pero a su vez esa persona hiere a otra haciendo eso mismo.
¿Acaso no nos damos cuenta de que es como la pescadilla que se muerde la cola?
Son círculos viciosos encadenados unos con otros y de los cuales no podemos salir.
Empezad a preocuparos un poco más por el prójimo, puede que mañana tengas que arrodillarte a sus pies.
